
La ejercitación física es uno de los pilares sobre los que se funda una mejor calidad en el último tramo de la vida, que no tiene por qué estar marcado por la enfermedad.
El ejercicio para los adultos mayores es fundamental, ayuda a mantener al corazón en buen estado físico al igual que a las venas y arterias, que son fundamentales para la buena circulación sanguínea, además de que fortalecerá músculos y huesos, una caminata diaria de 40 minutos será suficiente para estar en forma.
Al llegar a la etapa llamada "tercera edad" se producen en hombres y mujeres cambios físicos debido al desgaste propio de las células, que a su vez pueden también generar cambios emocionales. La capacidad de adaptación a estos cambios requiere mucho de voluntad y la incorporación de ciertas prácticas cotidianas que tal vez en etapas anteriores de la vida pasaban a un segundo plano.
En este momento de la vida, la actividad física toma una relevancia fundamental, dado que se incrementan los riesgos coronarios y de presión arterial.
.
Mantenerse en movimiento es la segunda norma a tener en cuenta.
El sedentarismo puede debilitar los músculos y hacer más lenta la circulación sanguínea, una caminata diaria de al menos unos 40 minutos ayuda notablemente a controlar la presión arterial y los problemas de corazón.
Los paseos en bicicleta, la natación, las actividades en el jardín, etc., son buenas opciones para resguardar la salud cardiovascular.
Como otros, el músculo cardíaco es capaz de desarrollar resistencia cuando lo enfrentamos al esfuerzo. Si logra funcionar eficazmente durante un tiempo prolongado bajo exigencias superiores a las normales, no tendrá luego mayores problemas para acompañarnos con su bombeo en nuestra vida cotidiana, mucho más relajada.
Pero tampoco se verá sorprendido ante situaciones que requieran de su rápida reacción. Sin embargo, el corazón no es capaz de hacer funcionar el sistema cuando no está acompañado por vasos sanguíneos sanos.
El esfuerzo cardiovascular mantiene en buena forma el tejido de estos vasos, lo hace resistente y flexible, y la sangre puede ser transportada a través de ellos con menor esfuerzo.
La ejercitación física es uno de los pilares sobre los que se funda una mejor calidad en el último tramo de la vida, que no tiene por qué estar marcado por la enfermedad.
.
Depende la enfermedad.
Depende el estilo de vida y cuidado personal y social que las personas mayores hayan experimentado durante su existencia, un gran porcentaje de ellos podrá disfrutar de buena salud en esta etapa.
Hay programas de actividad física para adultos mayores que ponen el énfasis no solamente en las cuestiones circulatorias, sino también en las musculares y óseas.
Para el equilibrio, la autonomía en las actividades cotidianas y la prevención de caídas, es importante fortalecer los músculos abdominales y espinales.
Para los que no pueden moverse tanto, siempre habrá opciones mucho mejores que el total sedentarismo.
Es conocida, además, la relación entre el ejercicio físico y el fortalecimiento de los huesos: la actividad física ayuda a aumentar la densidad ósea (por la activación de la circulación). En la vejez, esto adquiere una importancia fundamental para combatir los riesgos de osteoporosis y quebraduras a consecuencia de ésta.
Las mujeres luego de la menopausia pueden apoyar con actividad física la prevención de la osteoporosis.
(Fuente:latinsalud:Google)
.
.
Realmente desde que realizo mis días en hidrogimnasia, me siento mejor y a través de los meses más ágil.
Leía días pasados (tendré que buscar el artículo) que no era tanto el peso sino el sedentarismo lo que molesta al corazón.
Claro que hablando de un peso apenas por arriba del normal, no de sobrepeso.
Martha